📢Palabras de Poder

Juan 14:6_Jesús le dijo: Yo soy el camino la verdad y la vida, nadie viene al padre sino es por mí.......Juan 8:12_Otra vez Jesús les habló diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.......Juan 3:5_Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.......Juan 11:25_Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.......Colosenses 1:13-14_el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.......Colosenses 1:15-16_Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.......Colosenses 2:14-15_anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

*Serie hombres de Fe (Moisés el Profeta libertador de Israel)

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La zarza ardiente, Llamamiento de Moisés


Dios Oye el Gemir de Israel


Éxo 2:23.  Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. 

Éxo 2:24.  Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. 

Éxo 2:25.  Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.



La zarza ardiente, Llamamiento de Moisés


Éxo 3:1.  Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.

Éxo 3:2.  Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza;(A) y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. 

Éxo 3:3.  Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. 

Éxo 3:4.  Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. 

Éxo 3:5.  Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. 

Éxo 3:6  Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. 

Éxo 3:7.  Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, 

Éxo 3:8.  y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. 

Éxo 3:9.  El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 

Éxo 3:10.  Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. 

Éxo 3:11.  Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? 

Éxo 3:12.  Y él respondió: Vé, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. 

Éxo 3:13.  Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? 

Éxo 3:14.  Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. 

Éxo 3:15. Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová,[a] el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. 



El llamamiento de Moisés, 3:1-4:17. El cap. 3 trata del llamamiento de Moisés. Dios tuvo que humillarlo (vv. 1-6), informarle del propósito divino (vv. 7-10), y asegurarle que la presencia divina lo acompañaría (vv. 11-22). La unidad literaria se extiende hasta 4:17, y en general trata de las dificultades que Moisés tuvo para aceptar su vocación divina.


La aparición divina, 3:1-10. La tarea pastoril, 3:1. De acuerdo con el relato de Esteban (Act_7:30), habían pasado 40 años, y Moisés seguía apacentando las ovejas de Jetro, su suegro, cuyo nombre significa “excelencia”; sin embargo, anteriormente se le había llamado Reuel, que quiere decir “amigo de Dios” (Exo_2:18). ¿Cómo se explican los dos nombres? Algunos han sugerido que se trata de dos documentos que usaban nombres diferentes. Otros piensan que es la misma persona que llevaba dos nombres. 


Una tercera opinión lo explica a través de los significados de los nombres: Reuel, “amigo de Dios,” era el nombre personal, y Jetro, o “excelencia,” era un título honorífico.


Llegó hasta el monte de Dios (v. 1b). No se lo llamaba así por ser lugar de veneración de alguna divinidad pagana o de algún dios madianita, sino por lo que llegaría a ser para Israel (ver la prolepsis). En la época en que se escribió la historia, ya era el lugar donde Dios se había aparecido a Moisés (v. 5), y donde se había promulgado la Ley (Exo.19). 


Cronológicamente en el texto, era el lugar donde Dios se aparecería. Además, era un lugar impresionante con cordilleras y cuya cumbre frecuentemente estaba oscurecida por espesas nubes. Cuando había tormentas, los valles retumbaban y se estremecían con los truenos (ver Exo_19:16). Para Israel, ¡era el monte de Dios! En el llamamiento, el Señor se reveló de un modo especial y en un lugar delimitado (vv. 2, 3). 


La revelación de Dios vino con un acento histórico y no fue una experiencia mística para el gozo personal de Moisés. Aunque el Omnipotente se apareció en una llama de fuego, lo importante del evento no fue lo que Moisés vio y sintió, sino lo que escuchó. El encuentro fue de diálogo y el problema era la preocupación divina por la situación social y espiritual del pueblo.


Era un día como los muchos que Moisés había conocido. Llevaba el rebaño a un lugar conocido. Con Jetro había encontrado una vida segura y una vocación bajo la tutela de su suegro. Sin duda el sacerdote de Madián le había instruido en el camino de Dios revelado a Abram, aclarando enseñanzas recibidas de su madre: Su preparación teológica se había completado.


La vocación de pastor le había enseñado la paciencia para trabajar con las ovejas, que son criaturas tontas, olvidadizas y dispuestas a extraviarse. Además, la vida solitaria de un pastor le había dado tiempo amplio para meditar y reflexionar; no se había olvidado del sufrimiento de sus hermanos en Egipto. La paciencia le vendría bien dentro de poco; Israel sería un rebaño difícil de guiar.


Además, en la preparación Moisés había llegado a conocer íntimamente el desierto de Sinaí. Sin darse cuenta, su preparación teórica se había terminado. Ahora Dios tomaba la iniciativa, y aunque Moisés no buscaba a Dios, Dios sí lo buscaba a él.


Cuando aparece el ángel de Jehová  como una manifestación de Dios mismo, ¿es posible que sea una señal de la presencia de Jesús como Aquel que revela a Dios (Calvino), la segunda persona de la Trinidad? Lo cierto de todo es que al aparecer el ángel de Jehová , siempre es Dios quien habla. De alguna manera el ángel es una extensión de Dios mismo. Es una teofanía.


Apareció el ángel en una llama de fuego (v. 2), un símbolo de la presencia de Dios. Para los hebreos el fuego no era objeto de adoración, sino que simbolizaba luz y poder. Como el fuego purificaba y consumía las impurezas, así era la santidad y pureza del Señor. Con frecuencia se emplea el fuego en la Biblia como ilustración de la presencia y el poder de Dios (ver Gen_15:17; Exo_13:21; Exo_14:20,Exo_19:18; Deu_4:24; Deu_9:3; Act_2:3; Heb_12:29; etc.).


Moisés vio que la zarza ardía en el fuego, pero la zarza no se consumía (v. 2). Dios puede tomar posesión de algo, o alguien, sin destruirlo. Como lo implica su nombre (v. 14), es el ser eterno quien tiene su propia fuente de poder y energía en sí mismo y que nunca tendrá fin. Su existencia no depende de la materia física. En este sentido, el fuego no estaba en la zarza sino en Dios mismo.


La palabra hebrea para la zarza (seneh) es similar en sonido al nombre Sinaí. Sin duda la palabra fue elegida por esa razón, y aparece únicamente una vez más en Deu_33:16 donde se refiere al Señor como aquel que moraba en la zarza. Generalmente se la identifica como la zarzamora, una zarza espinosa. Sin embargo, no se puede hacer una identificación segura. ¡Ni es necesario!


Moisés no era un novicio en el drama del desierto, y la vista de algo extraordinario le llamó la atención. Se desvió para echar un vistazo de más cerca a la gran visión (v. 3b). La zarza ardía; sin embargo, no se consumía. Y son muchos los que se han desviado con Moisés en un esfuerzo por explicar el milagro.


Algunos lo explican en una forma racional como el reflejo del sol sobre la zarza, que daba el efecto de arder; los colores brillantes del otoño le llamaron la atención a Moisés para que el Señor le hablara. Otros lo explican como una visión interior, la cual fue relatada usando los símbolos físicos para que la gente entendiera. Sin embargo, fue simplemente un milagro: un encuentro directo, personal y transformador con Dios. 


La prueba de ello se ve en los resultados en la vida de Moisés. Lo básico del milagro no estaba en la zarza. La zarza fue simplemente el medio usado por Dios para conseguir la atención del pastor. Al acercarse Moisés a la zarza, Dios puso fin a su vida pastoral y lo inició en una vida nueva como libertador.


"Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros" 





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