Amonestación de no olvidar a Dios
Deu 8:11. Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy;
Deu 8:12. no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,
Deu 8:13. y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente;
Deu 8:14. y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;
Deu 8:15. que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;
Deu 8:16. que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;
Deu 8:17. y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.
Deu 8:18. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.
Deu 8:19. Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis.
Deu 8:20. Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.
Advertencia de no olvidarse de Dios, 8:7-20.
La tierra que Israel iba a heredar como su herencia era una tierra de gran abundancia. En los vv. 7-9 Moisés describe la fertilidad de la tierra y enumera sus riquezas agrícolas y minerales.
La tierra de Canaán era una tierra que tenía agua en abundancia (v. 7). Esta abundancia de agua es un contraste fuerte con la experiencia del desierto donde Israel sufrió sed. La tierra de Canaán era una tierra donde había una abundancia de productos agrícolas (v. 8). La tierra producía trigo, cebada, vides, higos y granados. Canaán también era una tierra de olivares y de miel. En Canaán, Israel iba a tener comida en abundancia. Allí, no comerían pan con escasez (v. 9) así como habían comido durante su jornada por el desierto.
Después de conquistar a Canaán y de gozar de la abundancia de la tierra prometida, Israel tenía que bendecir a su Dios y agradecerle por la comida y por la tierra fértil que él había dado al pueblo (v. 10).
Jehová había bendecido a su pueblo con la prosperidad de la tierra. Pero, en reconocimiento de las bendiciones recibidas, el pueblo tenía que reconocer que estas ricas bendiciones fueron recibidas como dádivas de Dios y en reconocimiento de estas bendiciones, el pueblo debía dedicar a Dios lo que habían recibido de él.
Pero la prosperidad económica podía transformarse en tentación si Israel se olvidaba de quién era el autor de esta prosperidad. Para combatir la tentación del olvido, Moisés apeló a la memoria de Israel. No podía olvidarse de Jehová en su prosperidad; necesitaban obedecer los mandamientos de Jehová y vivir su vida bajo las demandas del pacto.
La expresión cuídate (v. 11) sirve para exhortar a Israel a no abandonar a Jehová (6:12). Esta exhortación muestra el peligro de la prosperidad económica. Cuando edificaran buenas casas y su ganado se multiplicara, y llegaran a tener mucho oro y plata, la tentación sería abandonar a Jehová para seguir a otros dioses y así no guardar los mandamientos de Jehová.
"Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis"